En 25 de Mayo, un sueño largamente acariciado por la profesora Marina Luz Alfageme tomó forma y movimiento. A fuerza de pasión, creatividad y una enorme entrega, logró transformar las aulas del Centro Educativo Polivalente en un verdadero set de filmación. El resultado: una adaptación audiovisual de la emblemática novela de Gabriel García Márquez, Crónica de una muerte anunciada, interpretada íntegramente por sus alumnos y alumnas.
(Por Rubén Larrondo).- El proyecto, gestado con la colaboración de vecinos, exalumnos y familias, será presentado el 26 de noviembre en el Centro Cultural de 25 de Mayo, en el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer (25N). “Quería dejar algo que mis alumnos no olvidaran jamás —contó Alfageme a FM Ciudad—. No quería que la literatura se les presentara como una obligación, sino como una experiencia viva, cercana, capaz de interpelarlos”.
La literatura como punto de partida
El proyecto nació como una actividad de cierre de los ejes de Educación Sexual Integral (ESI), vinculando la enseñanza de la literatura latinoamericana con la reflexión sobre el rol de la mujer, el machismo y la violencia simbólica.
“Cuando trabajamos Crónica de una muerte anunciada con quinto primera, los chicos descubrieron cuánto de esa historia sigue latiendo en nuestra sociedad —relató la docente—. Hablamos del honor, del mandato patriarcal, de la violencia que se ejerce sobre los cuerpos y las decisiones de las mujeres. Y entendieron que no es solo una novela del pasado, sino un espejo de muchas realidades actuales”.
Una película nacida en comunidad
La filmación se concretó en apenas quince días, con escenarios reales del pueblo: la plaza central, casas particulares, comercios y calles de 25 de Mayo que se transformaron, por unas horas, en el Caribe colombiano imaginado por García Márquez.
El auto de época, un modelo de 1927, fue prestado por un vecino, Conrado Martín, para la escena del casamiento que generó gran curiosidad entre los habitantes. La fotografía estuvo a cargo de Sofi Reyes, exalumna de Alfageme, y la filmación y edición fueron responsabilidad de Paúl Reyes, de Live Producciones 25 de Mayo.
“Los padres se involucraron de una manera maravillosa: consiguieron vestuario, ayudaron en el maquillaje y en la ambientación. Cada detalle fue pensado para que la película tuviera la fidelidad que merecía. Todo fue hecho a pulmón, sin presupuesto, pero con un compromiso enorme”, destacó la profesora.
De las aulas al arte
El rodaje incluyó a estudiantes de quinto primera, sexto primera y sexto segunda, quienes asumieron roles protagónicos y secundarios. Para muchos fue su primer contacto con la actuación y el lenguaje cinematográfico.
“Descubrieron que podían actuar, que podían decir en voz alta lo que una historia encierra. Algunos chicos con baja autoestima encontraron en la interpretación una forma de expresarse. Para mí, eso vale más que cualquier nota”, contó emocionada Alfageme.
La docente escribió el guion cinematográfico, seleccionó ocho escenas clave y supervisó cada toma. “Fue agotador, pero hermoso. Desde las ocho de la mañana hasta las seis de la tarde, grabamos todo en un solo día. Esa noche no dormí, pero cuando vi el resultado, sentí que había valido la pena. Es lo máximo que me ha pasado como docente”.
Un homenaje y una lección
La proyección de la película no solo será un acto artístico, sino también una declaración de principios. “El objetivo —explicó Alfageme— es visibilizar desde la literatura la necesidad de erradicar la violencia de género en todas sus formas. Mostrar que esos mandatos de honor, esa idea de justicia por mano propia, esa desigualdad entre hombres y mujeres, todavía persisten, aunque con otros nombres”.
Al final de la charla, la profesora, con la voz entre la satisfacción y el cansancio, resumió el espíritu de todo el proyecto:
“Me faltan cuatro años para jubilarme, y quería dejar una huella. Que mis alumnos recuerden que la literatura no está solo en los libros, sino también en la vida, en la forma de mirar y de contar el mundo”.
La comunidad educativa de 25 de Mayo espera ahora con entusiasmo el estreno de esta obra colectiva, nacida del esfuerzo y la pasión de una docente que, con su vocación intacta, logró lo que parecía imposible: que un aula se convirtiera en cine, y que una historia universal se volviera parte de la memoria de todo un pueblo.













