El cierre de la ANSV genera incertidumbre en Río Negro. No hay contacto con Nación pero la provincia sigue otorgando licencias mientras espera definiciones.
(La Mañana de Cipolletti).- La disolución de la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV), anunciada recientemente por el Gobierno Nacional como parte de una reestructuración del sistema de transporte terrestre, generó preocupación e incertidumbre entre los organismos provinciales y especialistas en seguridad vial. En Río Negro, la Agencia Provincial de Seguridad Vial (APSV) continúa con sus tareas habituales, pero reconocen que la falta de contacto con Nación y la indefinición en las nuevas estructuras administrativas dificultan la operatividad cotidiana.
El decreto presidencial establece la disolución de la ANSV junto con la Dirección Nacional de Vialidad (DNV) y la Comisión Nacional del Tránsito y la Seguridad Vial (CNTySV). Las funciones que antes cumplían estos organismos serán absorbidas en parte por la Secretaría de Transporte del Ministerio de Economía y por una nueva Agencia de Control de Concesiones y Servicios Públicos de Transporte, que surge de la transformación de la CNRT. En el caso de la ANSV, algunas de sus funciones también pasarán a ser responsabilidad de Gendarmería Nacional.
Desde la APSV rionegrina explicaron a LM Cipolletti que, si bien sus tareas continúan con normalidad, la incertidumbre institucional ya se siente. “Estamos a la espera de ver qué se define. El Consejo Federal tiene una asamblea en agosto en Misiones, ahí se va a tratar”, señalaron. “Mientras tanto, seguimos otorgando las licencias de conducir como hasta ahora. Nadie nos comunicó cambios oficiales”.
“Hace más de una semana que no tenemos contacto con la agencia nacional y no se puede consultar ni resolver ningún reporte”.
Uno de los aspectos que más preocupa a las autoridades provinciales es la falta de una interlocución clara para resolver los problemas administrativos o técnicos que suelen surgir en los municipios. “Seguimos adelante con nuestra política de seguridad vial. No dependemos de Nación en muchas cuestiones, salvo en el aspecto jurídico vinculado a las licencias. Pero la desconexión es preocupante”, afirmaron.
La APSV también aclaró que, en principio, los programas del Observatorio Vial no fueron formalmente disueltos, aunque el decreto establece un reordenamiento de funciones que abre interrogantes. “El decreto no elimina funciones, las traslada. Habrá que adaptarse, pero preocupa la manera en que se hizo”, señalaron.
Desde la provincia, confirmaron que las Licencias Nacionales de Conducir se siguen tramitando con normalidad pero que no tienen aún contacto con los nuevos interlocutores.
“Ya sabíamos que iba a pasar, era inminente”
Iván Leske, consultor en seguridad vial y miembro de la Coalición Argentina de Movilidad Segura, sostuvo que la disolución de la ANSV era un desenlace previsible. “Ya sabíamos que iba a pasar, era inminente”, declaró. Si bien buena parte de la comunidad especializada reaccionó con alarma, Leske ofreció una visión más crítica sobre el funcionamiento real de la agencia nacional.
“Aunque en el inconsciente colectivo se crea que la ANSV garantiza la seguridad vial, en la práctica sólo interviene en menos del 8% de las trazas viales del país”, explicó. “El verdadero cambio viene de abajo hacia arriba, desde las agencias provinciales, no desde Nación. Por eso, que las funciones se redistribuyan no es algo ilógico, aunque sí puede haberse implementado mal”.
Leske también cuestionó el desempeño del Observatorio Vial de la ANSV, que debía proporcionar estadísticas confiables. “Falló estrepitosamente. Los informes de 2023 y 2024 siguen siendo parciales, y eso impide tener un diagnóstico certero. Si no podés demostrar con datos tu eficacia, es entendible que se reestructure tu función”, apuntó.
En ese sentido, criticó también el uso político de cifras no verificadas: “Decir que bajaron un 40% las muertes viales sin un cambio real del sistema ni datos consistentes es una tomada de pelo. Las tasas no bajan con operativos aislados o campañas. Se requiere una transformación estructural”.
Sin embargo, remarcó que es indispensable que alguna entidad nacional siga articulando con las APSV del país. “El riesgo es que se rompa esa coordinación. Aparentemente, la Secretaría de Transporte asumiría ese rol, pero habrá que ver si tiene la capacidad de hacerlo eficazmente”, concluyó.
El enfoque del Gobierno Nacional
La Casa Rosada justificó la decisión como parte de una política de desburocratización del Estado. Según el decreto, se busca “una gestión más eficiente, ágil y transparente, eliminando duplicidades y reduciendo costos operativos”. La reorganización apunta a concentrar funciones estratégicas en estructuras simplificadas bajo control del Ministerio de Economía.
El Gobierno asegura que las funciones esenciales de los organismos disueltos no se eliminarán, sino que se redistribuirán en nuevas unidades administrativas. Sin embargo, la medida también implicará una fuerte reducción de personal y estructuras, bajo el argumento de eliminar “cajas de la política” y gastos innecesarios.
La Agencia de Control de Concesiones y Servicios Públicos se enfocará en las funciones de control contractual y accidentes ferroviarios, mientras que la Secretaría de Transporte centralizará las tareas relacionadas al transporte automotor y la seguridad vial.
En Río Negro, la continuidad de funciones como la emisión de licencias de conducir y las campañas locales de prevención están garantizadas en el corto plazo. Pero los directivos de la APSV no ocultan su preocupación: “Todo el país está esperando definiciones. Hoy seguimos operando como hasta ahora, pero no sabemos por cuánto tiempo ni bajo qué condiciones futuras”.