El pasado 8 de septiembre Catriel vivió una jornada cargada de emoción y simbolismo: después de varios años, la Biblioteca Popular reabrió sus puertas en su histórica sede de calle Argentina 235, en un acto que contó con la presencia de autoridades municipales y provinciales, instituciones locales y una gran cantidad de vecinos que se acercaron para celebrar el acontecimiento.
Durante el evento se presentaron los 35 talleres recreativos y de oficio que se dictarán en conjunto con distintas instituciones, además de la firma de convenios de colaboración con el Centro de Jubilados y Pensionados y con el Consejo Escolar Catriel Avo III, fortaleciendo un entramado de trabajo en red.
Otro de los anuncios destacados fue la consolidación de la Comunidad Cultural Catrielense y su Escuela de Danza y Música, a cargo de Juan Churrarín, que nace de la articulación con la biblioteca.
La jornada incluyó también la entrega de reconocimientos:
A Norma Rita Santana, por su participación y aporte fundamental como integrante de la biblioteca.
A la Biblioteca Popular José Hernández, designada “Biblioteca Madrina” por su acompañamiento en el proceso de reapertura.
El marco artístico le dio aún más brillo al encuentro: se presentó el Arte Folclórico Tais, la Orquesta Popular Nuevos Aires, y el baile folclórico de Martina Cerda y Tomás Garabito, que coronó la celebración.
El valor de las bibliotecas populares
Más allá de lo simbólico, la reapertura de la biblioteca de Catriel significa recuperar un espacio vital para la comunidad. Las bibliotecas populares en Argentina tienen una historia centenaria y un rol único: no son solo lugares de acceso a libros, sino centros de encuentro, educación y cultura, gestionados de manera participativa por la propia comunidad.
En tiempos en que la tecnología domina la vida cotidiana, las bibliotecas populares se transforman en espacios de inclusión social, donde niños, jóvenes, adultos y adultos mayores pueden aprender, compartir saberes y construir ciudadanía. Además, funcionan como puentes entre generaciones, resguardando la memoria colectiva e impulsando la formación en oficios, la promoción de las artes y el fortalecimiento del tejido social.
Un nuevo comienzo
La reapertura marca un punto de partida: la posibilidad de reimaginar a la biblioteca como un lugar abierto, dinámico y plural, donde convivan los libros, la música, la danza, el aprendizaje y la solidaridad. Como expresaron los organizadores, se trata de seguir construyendo juntos un espacio de encuentro, cultura, formación y comunidad.










