A fines de agosto, la localidad rionegrina de Chimpay será nuevamente el epicentro de una de las celebraciones religiosas más convocantes de la Patagonia. Miles de peregrinos llegarán para participar de la Peregrinación a Ceferino Namuncurá, que este año se desarrollará los días 29, 30 y 31 de agosto, en el marco del 139° aniversario del nacimiento del beato.
El intendente Gustavo Sepúlveda anunció que el polideportivo municipal contará con una nueva caldera, lo que permitirá calefaccionar el espacio y brindar mayor comodidad tanto durante la fiesta como en las actividades que allí se realizan durante el año. Además, se llevan adelante trabajos de reparación en el camping Ceferiniano y en los baños públicos, con el objetivo de optimizar las condiciones para recibir a los visitantes.
“Nos vamos a encontrar en mejores condiciones para recibir a todos. El polideportivo no solo se prepara para la fiesta, sino que es un espacio de uso diario para las escuelas y las distintas áreas municipales”, destacó el jefe comunal.
Organización y coordinación
En vísperas de la fiesta, el municipio trabaja de manera articulada con la Policía, Protección Civil, Bomberos Voluntarios, el hospital local y vecinos que ofrecerán alojamiento a los peregrinos. “Es importante que todos podamos atender de la mejor manera a quienes vengan a la Fiesta de Ceferino”, remarcó Sepúlveda.
Una tradición de fe
La peregrinación reúne año tras año a fieles de todo el país, que llegan para agradecer, pedir y renovar su fe. La procesión incluye a ciclistas y jinetes que recorren kilómetros durante días para sumarse a la tradicional cabalgata de la fe, que parte desde la Cruz del Quinto Centenario, junto a la Ruta Nacional 22, en la barda conocida como la “Cueva del Pavo”. El recorrido culmina en el Parque Ceferino, donde se erige la estatua de madera tallada en lenga por el escultor roquense Juan Sánchez.
El beato de la Patagonia
Ceferino Namuncurá nació en Chimpay el 26 de agosto de 1886. Hijo del lonco mapuche Manuel Namuncurá y de Rosario Burgos, de origen chileno, ingresó a la congregación salesiana con la vocación de convertirse en sacerdote. Falleció en Roma el 11 de mayo de 1905, a los 18 años. La Iglesia Católica lo proclamó beato el 11 de noviembre de 2007 y su figura es venerada como símbolo de humildad, fe y unidad.