La violencia juvenil volvió a encender las alarmas en 25 de Mayo tras un grave episodio ocurrido a plena luz del día en la plaza central, donde una adolescente fue brutalmente agredida por otra menor mientras una tercera filmaba la escena.
El caso, que quedó registrado en un video que luego circuló entre jóvenes y llegó a manos de la madre de la víctima, expone una problemática que crece en la localidad y que, según distintos testimonios, no encuentra aún una respuesta articulada entre instituciones, gobierno municipal y comunidad.
La madre, acudió a la radio Municipal AM 900 para hacer público el hecho. Allí contó la terrible experiencia, donde relató con angustia cómo se enteró de lo ocurrido.
En diálogo con la periodista Marta Lagos expresó: “Me informan de que mi niña había sido golpeada por otra menor. Me entero por la llamada de una amiga de mi nena. Yo me acerco a la plaza y la encuentro llorando, golpeada”, contó. La adolescente había salido en bicicleta con una amiga cuando fue atacada.
Al verla lastimada, la mujer decidió llevarla inmediatamente al hospital para constatar lesiones y posteriormente radicó la denuncia correspondiente en la Unidad de Género. “No tenía mayores datos de la agresora, sólo el nombre y apellido. Su compañera filmó todo, porque suelen subir a redes los momentos de violencia que se viven en el pueblo”, explicó.
Ya en su casa, la joven expresó temor por volver al colegio:
“Me dijo: ‘no quiero ir más, cambiame de escuela, porque me van a escrachar”, narró la madre. La situación llevó a buscar apoyo psicológico de urgencia.
Cuando finalmente pudo ver el video, la mujer describió el impacto que le generó:
“Quedé aterrorizada por la forma en la que fue golpeada. Mi hija tiene hematomas en la cabeza, la frente, un ojo, raspaduras en el codo, la pierna, la espalda y el abdomen. El cuero cabelludo lastimado por cómo la arrastró”.
Además, señaló que a partir de la publicación que hizo en redes sociales, otras madres contaron experiencias similares, incluso más graves, lo que confirma que estos no son hechos aislados: “Me sorprende el nivel de violencia que manejan los adolescentes. Creo que esto tiene una raíz, que proviene de casa. Todo comienza por la crianza”.
La mujer destacó el acompañamiento del colegio, que se comprometió a evitar cualquier contacto entre ambas jóvenes, y agregó que ya entregó el video como prueba en la denuncia.
Un problema creciente
El episodio se suma a otros casos que preocupan a la comunidad. Vale recordar que en julio pasado, Adrián Barros —un joven con discapacidad— fue brutalmente golpeado en la vía pública por un adolescente de 17 años luego de negarle un cigarrillo. Barros debió ser internado en terapia intensiva y logró recuperarse semanas más tarde.
En ambos hechos se repiten patrones: agresiones a menores, participación de más de un adolescente, registros en video y un entorno que naturaliza la violencia como parte del entretenimiento o la dinámica social.
Falta de estrategias coordinadas
Vecinos, familias y referentes locales advierten desde hace tiempo un aumento de episodios violentos en distintos espacios de 25 de Mayo: salidas escolares, plazas, calles y celebraciones. Sin embargo, no existe información pública sobre la implementación de políticas o acciones interinstitucionales sostenidas para atender esta problemática.
Distintos especialistas coinciden en que la violencia juvenil sólo puede abordarse eficazmente mediante intervenciones integrales que involucren a todos los actores comunitarios: municipio, escuelas, áreas de salud y niñez, fuerzas de seguridad, organizaciones sociales, clubes y familias.
La necesidad urgente de un consenso comunitario
Frente a la reiteración de hechos, surge con fuerza la demanda de que el poder político local —particularmente el gobierno municipal— lidere un proceso de consenso y planificación con todas las instituciones de la localidad. Psicólogos, docentes y trabajadores comunitarios remarcan que no alcanza con intervenciones aisladas o reactivas: se requieren programas preventivos, espacios de contención, formación en resolución pacífica de conflictos, abordajes familiares y campañas de concientización.
Asimismo, los vecinos recalcan que la comunidad en su conjunto debe involucrarse. “Los chicos no aprenden violencia de un día para el otro: la reproducen”, dijo la madre de la adolescente agredida. “Tenemos que reflexionar como adultos sobre qué estamos transmitiendo”.
Un llamado a la acción
Los episodios recientes muestran que 25 de Mayo enfrenta un problema que ya dejó de ser excepcional y que afecta a niños y adolescentes de diferentes ámbitos. La gravedad de las situaciones y el impacto emocional y físico en las víctimas exigen que se tomen medidas concretas y sostenidas.
Mientras la familia de la joven agredida espera avances en la causa y acompaña la recuperación psicológica de la adolescente, crece en la comunidad la convicción de que la violencia juvenil sólo podrá detenerse con un compromiso activo de todos: autoridades, instituciones y ciudadanos. Porque, como señaló la madre, “lo que hoy vemos en nuestras plazas y escuelas es el reflejo de lo que sembramos como sociedad”.










