Sergio, hermano del artesano asesinado por la Gendarmería en Chubut, da testimonio de su calvario en busca de justicia en el libro “Olvidar es imposible”. El estado de la causa, la figura de Bullrich y la impotencia de los espacios populares.
Por Manuel Rodríguez para Canal Abierto | En Olvidar es imposible, Sergio Maldonado comparte las vivencias que le tocó atravesar desde el 1º de agosto de 2017, cuando su hermano Santiago fue visto por última vez en el marco del desalojo del Pu Lof en Resistencia Cushamen, Chubut efectuado por Gendarmería Nacional. Su cuerpo sin vida apareció el 17 de octubre, días antes de las elecciones de medio término, en un lugar del río Chubut que había sido inspeccionado en cuatro oportunidades.
En diálogo con Canal Abierto, Sergio Maldonado expuso las motivaciones que lo llevaron a escribir el libro. “Así como olvidar es imposible, también había muchas cosas que yo creía que tenía bien claro, pero se me iban olvidando con el correr del tiempo. Los primeros años lo tenía todo, pero muy cronológico. Y llegó un momento en el cual ya parecía que cada información nueva te iba quitando algo de lo viejo. Y, ya en el 2019 ,al ver que estaba todo muy paralizado, en un momento Pedro Saborido, me había empezado a incentivar como para que escribiera, pero yo no sabía cómo”.
“Fue pasando el tiempo, me armé un índice, probé, lo dejé y finalmente, hace 2 años volví a escribir. Pero recién el año pasado le pude encontrar la vuelta porque mi compañera Andrea, que había estado todo el tiempo al lado mío, vio algo que yo había escrito en relación al 17 de octubre, el día de la aparición del cuerpo de Santiago, y su pregunta fue, «¿Esto solo tenés para decir?». Ahí me di cuenta que había un montón de cosas que ya estaban olvidadas o bloqueadas. Que no sé si era intencionalmente o si era por algo, la verdad que desconozco qué era lo que pasa en ese momento en la mente. Ahí fue que empecé”, agregó.
Otro aspecto que rescató es que “también sirve porque van 8 años y nunca me llamaron a declarar como testigo. Y si mañana yo no estoy, acá está todo lo que pasó para que cada uno , si no es el juez, pueda interpretar y ver todo lo que fuimos pasando como familia o en lo personal. Porque es mi mirada de todo lo que fue transcurriendo en esos días y de las situaciones que fuimos pasando hasta que apareció el cuerpo de Santiago”.
Entonces, las fuerzas de seguridad federales también estaban bajo el mando de Patricia Bullrich, en su era macrista. El jefe de gabinete de la cartera, Pablo Nosceti, supervisó personalmente el accionar de la fuerza en el territorio.
Esto, lejos de costarle algo políticamente, le dio a la funcionaria una visibilidad que la premió con la presidencia del PRO, la candidatura a la presidencia por ese partido y el retorno al mismo cargo, ya pintada de violeta.
“Patricia Bullrich iba a estar ocupando un lugar, ganara quien ganara. ¿Por qué? Porque si hubiese perdido Milei y ella quedando fuera de la escena política, seguro hubiera terminado ocupando un rol en capital federal”, aventuró Maldonado.
Y recordó que “en pandemia, mientras había cuarentena, no se podía circular. Recuerdo a la madre de Facundo Castro que no podían cruzar de provincia un perito con perros rastreadores para buscar a su hijo. Y Patricia Bullrich andaba carancheando por todo el país. Ella siguió en campaña, nunca se guardó”.
“Y las fuerzas de seguridad siguieron respondiéndole a Patricia Bullrich. Cuando ante algún inconveniente o encontronazo que tuve en distintos momentos, no reconocían en ese momento Sabina Frederic como ministra de seguridad. Seguían rindiéndole pleitesía a Patricia Bullrich”, advirtió.
Y planteó que “no era casual eso, porque cuando Patricia Bullrich va el 16 de agosto del 2017 al Congreso y ante los organismos de derechos humanos que le preguntan por Santiago Maldonado, ella dice, «No voy a hacer la injusticia de tirar un gendarme por la ventana, porque esa es la más fácil, esa es la que hicieron siempre». El 5 de diciembre del 2019, cuando cambian de gobierno, la gendarmería le entrega un sable con esa misma frase. Eso fue sellar un pacto de impunidad”.
“Los gendarmes que participaron en la desaparición de Santiago fueron ascendidos. Y, de hecho, uno de esos gendarmes imputados, que se llama Emmanuel Echazú, está viviendo en España. Si algo de eso recuerda lo que pasó en dictadura, donde a los genocidas los beneficiaban viviendo en el exterior, me parece que no es casualidad, es algo que va en la misma línea”, aseveró Maldonado.
El hermano del artesano asesinado también apuntó contra las fuerzas progresistas que desde su inacción, posibilitan que esto suceda. “Esto se podría haber evitado si cuando vino Aníbal Fernández hubiera separado a los responsables. Esto es una crítica también y es una crítica para fortalecer los derechos humanos. Pero hace unos años, que cuando yo salía a cuestionar me decían, «Eh, pero le hacés el juego a la derecha.» Como si el juego a la derecha no se lo hubieran hecho beneficiandoa esos gendarmes y hasta siguiendo la agenda de la derecha”.
“En su momento, Sabina Federic hizo una presentación denunciando a la Gendarmería por el pésimo operativo. A mí hubiese gustado que Aníbal Fernández, cuando se hizo cargo en ese cambio de ministerio, haber continuado con eso y hubiera apartado a los gendarmes que participaron. También que el juez Rafecas, que se dice ser el juez progre y de los derechos humanos, hubiera llamado a declarar a Patricia Bullich por la causa de espionaje en la que yo denuncio que ella me dijo que la tenía me la tenía jurada. Y eso nunca ocurrió. no pasó absolutamente nada”, lamentó Maldonado.
Y concluyó: “Eso lo que hizo fue que a Patricia Bullrich se le garantizara también impunidad en otro gobierno. Y no es que yo pedía que un gobierno interfiera en la Justicia, pero al menos que haya una voluntad política. Porque la voluntad política que tuvo el macrismo en relación a las fuerzas de seguridad y en torno al a la desaparición de Santiago fue muy clara. No fue al revés, siempre parece que es a favor de los que violan los derechos humanos y no de los de las víctimas”.