El joven es longko de la lof Lafquen Winkul Mapu y hermano de la machi Betiana. Su detención se suma a la larga lista de atropellos que sufren estas familias mapuche que, en 2017, se atrevieron a iniciar un proceso de recuperación de su ancestralidad y sus tierras.
Por Nahuel Croza para Canal Abierto | En la mañana del 30 de octubre, el longko de la lof Lafquen Winkul Mapu, Juan Pablo Colhuan Nahuel, hermano de la machi Betiana y primo de Rafita Nahuel, fue detenido en Chubut, a unos 20 kilómetros de Cushamen.
Por su estado de salud, se encontraba con un grado peligroso de deshidratación, fue internado durante unas horas en el Hospital de Esquel, y luego llevado a la comisaría de la localidad de El Maitén desde donde será trasladado, por disposición del juez federal Alejandro Silva, a la Unidad 14 del Servicio Penitenciario Federal en Esquel, en cuanto ésta habilite una plaza. Su abogada, Laura Taffetani, de la Gremial de Abogadas y Abogados, nos informó que se comunicó con él esta mañana y está en buen estado de salud.
Juan Pablo se encontraba en rebeldía con la justicia racista que le imputa un cargo federal por “usurpación agravada” de un predio que pertenecía a la extinta Unión de Personal de Gas del Estado en Villa Mascardi, causa en la que es el único acusado, con el agravamiento por la denuncia de lesiones del Sargento Primero Uribe de la policía provincial. También tiene pendientes causas en la justicia rionegrina, relacionadas con la usurpación y denuncias de los vecinos supremacistas encabezados por el agitador de derecha Diego Frutos.
Los Colhuan Nahuel
En la presentación que hicimos de Juan Pablo, al inicio de la nota, no señalamos que también es padre de los hijos de Luciana Jaramillo, otra integrante de la lof, víctima de la violencia racista. La lamngen (hermana) estuvo ocho meses privada de su libertad tras el violento operativo de desalojo de la Lof Lafken Winkul Mapu por parte del Comando Unificado del Ministerio de Seguridad, a cargo de Aníbal Fernández, en octubre de 2022, junto a Romina Rosas, Betiana, Celeste Huenumil y los hijos e hijas de ellas.

Una vez liberadas, a poco de iniciarse el juicio por la recuperación de tierras en Villa Mascardi, en septiembre de 2024, Luciana fue virtualmente secuestrada por la policía. Estaba en Cushamen, en la Dirección de Género y Diversidad, y fue abordada por personal policial que le dijo que tenía que concurrir a una revisión médica a Bariloche, a dónde fue trasladada por la fuerza, sin poder negarse ni comunicarse con su familia y dónde quedó detenida por órdenes del juez federal de General Roca, Hugo Greca. La excusa del magistrado era que se la detuvo “a fin de garantizar la realización de la audiencia de debate”, cuando ella se hallaba ajustada a derecho y no en condición de prófuga.
Sobre Luciana pesan dos condenas en suspenso por el delito de usurpación agravada por despojo, que no son de cumplimiento efectivo, pero que van dejando marcas sociales, en el cuerpo y en el alma de estos jóvenes que pelean por recuperar lo que a su pueblo y sus familias les fue usurpado. Como reitera la machi Betiana, “nos acusan de usurpar nuestro propio territorio”.
Cada uno de los datos previos no es caprichoso y sólo son algunos de los cientos que podríamos hilvanar en esta madeja de persecución, discriminación y muertes.
La lof referida es aquella que se atrevió a recuperar tierras en Villa Mascardi y enfrentar a los “buenos vecinos” y al Estado; aquella que recobró su religiosidad ancestral y levantó allí su rewe, de la mano de su machi Betiana. Ese atrevimiento les implicó y les vale un encarnizado hostigamiento judicial: fueron violentamente desalojados en dos ocasiones, por progresistas y fachos. Judicializados, encarcelados acusados de delitos que son excarcelables -como la supuesta comisión del delito de usurpación-, y algunas de ellas y ellos condenados en distintos procesos.
Los Colhuan Nahuel viven en el barrio Virgen Misionera… los barrios bajos de la ciudad, allí donde se oculta a los viajeros la pobreza y la miseria de la que el emporio turístico se alimenta. Donde amontona a los despojados mapuches y a los que llegan de otras partes del país buscando fortuna: coyas, aymaras, guaraníes… negros, cabecitas.
Los Colhuan Nahuel se despertaron. Rechazaron ese destino trazado desde el poder de los “winkas” beneficiarios del despojo. De la mano de su machi, que luego de generaciones se “levantó” (así se llama el proceso por el que un niño o niña recibe el llamado para transformarse en autoridad espiritual y medicinal del pueblo mapuche), iniciaron el proceso de recuperación y defensa del territorio y el proceso interior, personal y comunitario, de revitalizar sus raíces mapuches. Por eso los persiguen, a pesar de que las leyes estén de su lado, la Justicia y la política pretenden negarlo.
Para negarles su derecho a la identidad el Estado los persigue. Junto con esta detención de ayer hay que señalar que el Ministerio de Seguridad de la Nación incorporó en septiembre a varios miembros de la Lafquen Winkul Mapu al Registro Público de Personas y Entidades Vinculadas a Actos de Terrorismo y su financiamiento (RePET). Los incluidos son: Joana Colhuan y Matías Santana, hermana y pareja, respectivamente, de la machi Betiana; María Isabel Nahuel, tía de Rafita Nahuel -asesinado por la Prefectura Naval Argentina-; Luciana Jaramillo; Gonzalo Coña -herido por la PNA, en el mismo hecho en que asesinaron a Rafael Nahuel.
También se encuentra registrado Facundo Jones Huala, preso sin motivo en el penal de Rawson y a quien luego de otorgarle el traslado a Esquel, por motivos de cercanía con su familia, el Servicio Penitenciario Federal se negó a trasladar y el juez se hizo eco de esa decisión y retrotrajo su anterior dictamen.
*Agradecemos las fotos de Denali DeGraf publicadas en Agencia Presentes utilizadas en esta publicación.










