En una decisión que refleja la gravedad de la crisis política y judicial que atraviesa su coalición, el presidente Javier Milei finalmente exigió al economista José Luis Espert que renuncie a su candidatura a diputado nacional por la provincia de Buenos Aires. La orden llegó tras conocerse encuestas internas que ubican a La Libertad Avanza 20 puntos por debajo del peronismo en el distrito más poblado del país, y en medio de una tormenta mediática y judicial por los vínculos del candidato con el presunto narcotraficante Fred Machado.
Hasta el viernes por la noche, Milei se resistía a dar marcha atrás con su apoyo a Espert, pese a los pedidos reiterados de su entorno cercano —incluida su hermana Karina Milei— y del expresidente Mauricio Macri. Sin embargo, los números no dejaron margen a la duda: según un funcionario de la Casa Rosada citado por el medio LPO, “en un 97 por ciento está caída la candidatura de Espert”. Ante la imposibilidad de revertir la tendencia en los escasos 20 días que restan para las elecciones, el presidente optó por “cortar la sangría”.
Poco antes de las 19 horas del sábado, Espert anunció en redes sociales su renuncia:
“A los dirigentes y compañeros de ruta de La Libertad Avanza les digo: no se dejen psicopatear. Las explicaciones que hagan falta serán dadas a su debido momento y en donde corresponde”.
Pero la ironía no pasó desapercibida: durante las últimas semanas, el economista se dedicó precisamente a ofrecer explicaciones —siempre contradictorias— sobre su relación con Machado. Primero negó todo, comparando las acusaciones con el caso de la falsa cuenta de Enrique Oliveda. Luego admitió haber viajado al menos 17 veces en el avión del detenido, y reconoció haber recibido una transferencia de 200 mil dólares, que sería apenas la primera de cinco cuotas pactadas con un hombre con pedido de extradición a Estados Unidos por narcotráfico.
La decisión de Milei fue celebrada incluso por sus más cercanos colaboradores. Santiago Caputo, Karina Milei y el referente del Conurbano Sebastián Pareja coincidieron en que Espert debía bajarse. “Sólo lo sostiene el capricho de Milei”, había dicho un dirigente bonaerense días atrás. La gota que colmó el vaso fue la negativa de los punteros del Conurbano a repartir boletas con la foto de Espert. “No se puede hacer campaña con Espert, hay que bajarlo”, sentenció Pareja.
Ahora, el gobierno enfrenta un nuevo dilema: las boletas ya están impresas, y reemplazar a Espert implicaría un costo de 14 mil millones de pesos. En pleno debate sobre el financiamiento político y tras recortes a jubilados, discapacitados y al Hospital Garrahan, el gasto generaría una contradicción difícil de explicar. Además, desde la Justicia Electoral advirtieron que no habrá reimpresión si se decide retirar al candidato.
Otro punto en disputa es el destino de la segunda candidata, Karen Reichardt. Sectores políticos del oficialismo proponen bajarla para que Diego Santilli, el diputado del PRO con mayor oficio electoral, ascienda al primer lugar. La ley de paridad podría facilitar ese movimiento: al quedar vacante el lugar de un varón (Espert), el siguiente hombre en la lista —Santilli— ocuparía automáticamente la cabeza.
Pero esto abre una nueva grieta dentro de La Libertad Avanza: perderían la posibilidad de tener un candidato “puro” libertario al frente de la boleta bonaerense, y le entregarían el escenario a Santilli, quien ya proyecta su candidatura a gobernador para 2027. Como señal de este giro, este martes Santilli encabezará junto a Milei y al intendente Guillermo Montenegro un acto en Mar del Plata, su primera aparición como virtual cabeza de lista.
Mientras tanto, Espert enfrenta un futuro incierto: cuando venza su mandato en diciembre, perderá sus fueros parlamentarios y quedará expuesto a las investigaciones por lavado de dinero vinculado al narcotráfico. El hombre que se presentaba como el “duro” del liberalismo terminó siendo el punto más débil del gobierno en la antesala de una elección clave.










