Los kinesiólogos de la ciudad dijeron basta. Unos 18 profesionales se unieron para denunciar públicamente lo que califican como una invasión ilegal a su campo laboral por parte de gimnasios, masajistas, estéticas y emprendedores que, sin título universitario ni matrícula habilitante, ofrecen terapias y tratamientos que ponen en riesgo la salud de la comunidad.
La situación, aseguran, se volvió insostenible. “Las técnicas puramente kinésicas fueron arrebatadas por pseudo kinesiólogos”, remarcan en el documento que presentaron ante la Municipalidad de Catriel y que será elevado a la Dirección de Fiscalización Sanitaria de Río Negro. No descartan llevar el reclamo a instancias nacionales.
Los kinesiólogos acusan a estas prácticas clandestinas de ejercer terapias como quiropraxia, masajes terapéuticos, drenajes linfáticos y uso de equipos de fisioterapia, todos procedimientos que por ley corresponden a profesionales de la salud con formación académica y matrícula vigente.

“Estamos frente a un intrusismo descarado que no solo compromete nuestro trabajo, sino que pone en serio peligro a los vecinos de Catriel. Mucha gente, por ignorancia, no logra distinguir entre un profesional habilitado y un improvisado. Y eso puede derivar en daños irreparables en la salud de quienes se atienden con estas personas”, advirtieron.
Los kinesiólogos recordaron que el Código Penal Argentino sanciona con prisión a quienes ejercen profesiones de la salud sin título o habilitación, y subrayaron que la Ley Provincial 5215 establece con claridad cuáles son las prácticas reservadas a su disciplina.
El malestar también radica en la desigualdad: mientras los kinesiólogos deben cursar una carrera universitaria, matricularse, pagar impuestos, seguros por mala praxis y seguir capacitándose, quienes ejercen ilegalmente lo hacen sin control ni obligaciones. “Es competencia desleal, es ilegalidad pura y es, sobre todo, una amenaza a la salud pública”, remarcaron.
Por eso, el sector exige medidas inmediatas de fiscalización y regulación. Y lanzan una advertencia contundente: “De ahora en más, las autoridades serán responsables solidarias de los daños que puedan ocasionar estos falsos profesionales si permiten que esta situación continúe. No se puede seguir mirando para otro lado”.