El robo sufrido por el ministro de Gobierno, Trabajo y Turismo de Río Negro, Fabián Gatti, en pleno centro de San Carlos de Bariloche, sacudió nuevamente el debate en torno a la inseguridad en la provincia. El hecho, ocurrido en la céntrica calle Salta, fue denunciado por el propio funcionario y se produjo mediante el uso de un inhibidor de señal, tecnología que permite abrir vehículos sin necesidad de forzar las cerraduras.
Este episodio, ocurrido apenas días después de que el ministro de Seguridad de la provincia asegurara públicamente que los índices de delincuencia habían descendido, fue utilizado por el “Consejo de Bienestar Policial” para cuestionar la gestión oficial. Desde esa organización, que busca representar los intereses de los policías rionegrinos, publicaron en Facebook una nota en la que sostienen que “la mentira tiene patas cortas” y que “la realidad que sufren los vecinos de Río Negro hoy le pega una bofetada al Ministro de Seguridad”.
En su publicación, el Consejo destacó que este caso no es un hecho aislado, sino que forma parte de una tendencia creciente de criminalidad en la provincia. Según datos del Superior Tribunal de Justicia de Río Negro, durante 2024 se registraron 6.942 legajos en las Oficinas Judiciales, lo que representa un aumento del 19% respecto al año anterior.
Los delitos contra la propiedad encabezaron la lista con 2.697 casos, equivalente al 43,59% del total. Entre ellos se incluyen robos, hurtos y estafas, lo que confirma que el delito sufrido por Gatti no es una excepción, sino una de las modalidades más comunes.
Además, se registraron 933 legajos por delitos contra la administración pública, 829 por delitos contra las personas y 699 por delitos contra la libertad. También se contabilizaron 620 causas por delitos contra la integridad sexual.
El uso de tecnología sofisticada, como los inhibidores de señal, refleja una evolución en las técnicas delictivas que demanda una respuesta más especializada por parte de las fuerzas de seguridad. A nivel nacional, los datos también muestran un aumento en los delitos contra la propiedad: los robos simples subieron un 20,3%, mientras que los robos agravados aumentaron un 31,4%.
Un vecino de Bariloche resumió con ironía la situación al comentar: “Ni el ministro de turismo se salva”, en una frase que resume la percepción ciudadana de una creciente inseguridad que afecta a todos los niveles de la sociedad.
Este caso no solo pone en evidencia la vulnerabilidad de los funcionarios públicos, sino también la urgencia de una revisión profunda en las políticas de seguridad de la provincia. Mientras tanto, los ciudadanos de Río Negro siguen enfrentando una realidad cada vez más compleja, donde la inseguridad se ha vuelto una constante en su vida cotidiana.