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El fin de la barrera sanitaria activó la puja entre frigoríficos nacionales y de Brasil

Las cadenas locales fijan precios y abaratan el asado en las góndolas del sur, pero preocupa la invasión carioca de carne con hueso. Alertas por Chile y la UE.

(Por Cintia Alcaraz para Letra P).- La apertura definitiva de la barrera sanitaria en la Patagonia al sur del Río Colorado arroja los primeros números a favor del consumo minorista, a partir de una baja en el precio de la carne con hueso en las góndolas, y desata una puja entre los frigoríficos por el boom de importaciones que provienen de Brasil.

Desde hace dos semanas, tras la resolución del Senasa del último 27 de junio que levantó las restricciones que imponía la barrera sanitaria, frigoríficos pampeanos, santafesinos y bonaerenses ingresan cortes de carne con hueso a valores que reflejan un descenso de entre un 20% y un 30% en los precios para el asado destinado al consumo familiar.

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Los ceos de las principales empresas radicadas en La Pampa se jactan de confirmar lo que habían prometido. Desde la vigencia del nuevo estatus sanitario, que habilitó la convivencia de producciones cárnicas con origen en zonas libres de aftosa con y sin vacunación, el kilo de asado ronda entre los $12.000 y los $15.000. Tal como informó Letra P, uno de los principales beneficiados es el grupo Peña Braun, titular del frigorífico Pampa Natural y de la cadena de supermercados La Anónima, con presencia en todo el sur argentino.

El costo de la carne más barata en la Patagonia

Alfredo Cassani, gerente de Carnes Pampeanas, uno de los frigoríficos del Grupo Lequio, reciente adjudicatario de 2.009 toneladas para cuota Hilton, aseguró a este medio que el efecto “asado barato” responde a la incidencia de las cadenas nacionales, aunque reconoció que los importadores están ingresando carne desde Brasil con valores por debajo del 30% de los costos locales, una situación que considera como competencia desleal.

En el mismo sentido, Fernando Pilotti, titular de Frigorífico Pilotti en La Adela y dueño de 23 carnicerías minoristas ubicadas entre La Pampa y Santa Cruz, asegura que “el precio del asado, sólo del asado, lo estamos definiendo los nacionales”. En sus sucursales, el valor está fijado en $12.500 por kilo. La firma es una de las cuatro ingresantes al último reparto de cuota Hilton, con una asignación de 150 toneladas.

Precios al consumidor en carnicerías de Neuquén

Precios al consumidor en carnicerías de Neuquén

El empresario pampeano se muestra entusiasmado con el nuevo mapa de negocios, pero considera una amenaza el aumento exponencial de las importaciones desde Brasil. Especialistas en el tema sostienen que esta “inundación” carioca provoca un desequilibrio en toda la cadena cárnica, debido a sus bajos costos de producción, menores requisitos sanitarios y flexibilización arancelaria de ingreso al país.

Según el último informe de precios de carne vacuna presentado por la Estación Experimental del INTA del Alto Valle, en mayo se produjo una merma de hasta el 35% en los precios de la carne picada, pero no en cortes como el asado o la bola de lomo, que se mantuvieron sin modificaciones hasta la decisión del gobierno de Javier Milei de eliminar la barrera sanitaria.

La UE y Chile rechazan la decisión del Senasa

El 12 de junio la Unión Europea envió una carta al gobierno nacional en la que plantea dudas y expone condiciones para continuar la relación comercial con la producción de carne argentina. En el texto, advierte que rechaza la eliminación de la barrera sanitaria, porque supone una ruptura del estatus sanitario que respaldó los acuerdos previos. A su vez, anunció nuevas auditorías.

Las autoridades europeas sostienen que “ningún animal vivo susceptible a la FA (fiebre aftosa) procedente de la zona vacunada puede entrar en la zona sin vacunación, sin excepción. Esta restricción también incluye ciertos productos de origen animal (carne de vacuno con hueso)”. En la misma carta agregan “por lo tanto, la Comisión Europea podría considerar la posibilidad de realizar una auditoría de seguimiento a su debido tiempo, con el fin de verificar la continuidad y la eficacia de las garantías zoosanitarias de Argentina”.

Algunos días antes, más precisamente el 5 de junio, el gobierno chileno había hecho lo propio a través de una misiva firmada por el Servicio Agrícola Ganadero, en la que advertía que “al momento de la entrada en vigencia de la Resolución 180/2025, se perdería automáticamente el reconocimiento sanitario de zona libre de fiebre aftosa sin vacunación, lo que conllevaría a la suspensión de las importaciones de animales y productos de origen animal”.

El gobierno de Gabriel Boric sostiene la decisión de frenar las importaciones desde el sur argentino, hasta tanto no lleve adelante una nueva auditoría. Chile reconoció el estatus sanitario libre de aftosa sin vacunación en 2008. Ahora, los productores de Neuquén, Río Negro, Santa Cruz y Tierra del Fuego acusan al Senasa, al ministro de Desregulación, Federico Sturzennegger, y al titular del ARCA, Juan Pazo, de poner en riesgo las relaciones con los principales socios del comercio exterior.

Importaciones não tem fim

El frigorífico Swift, del grupo brasileño-árabe Minerva Foods, es uno de los principales operadores de la lluvia de importaciones. Ya colocó más de 4.500 toneladas de carne en la región, con proyecciones de hasta 1.500 toneladas mensuales hasta fin de año. La compañía asegura que cumple con los estándares sanitarios y que su objetivo es “ampliar la oferta para reducir precios al consumidor”.

Los datos recopilados por el INTA del Alto Valle podrían explicarse a partir de estas operaciones, dado que en un principio el mayor volumen importado fue el de pulpas y carne picada para la producción de hamburguesas. En las últimas semanas, la importadora comenzó a ingresar cortes con hueso desde el estado brasileño de Santa Catarina, considerado libre de fiebre aftosa sin vacunación. Los cortes ingresan con un precio medio de 2,5 dólares por kilo, por debajo de lo que ofrecen los productores locales.

Minerva Foods factura unos U$S 6.000 millones anuales. Fue fundada por la familia Vilela de Queiroz, aunque hoy solo conserva el 15,4% del paquete accionario. La mayor parte de las acciones -el 21%- pertenece a la Compañía Saudí de Inversión Agrícola y Ganadera (SALIC), propiedad de Mohammed bin Salman, príncipe heredero al trono y primer ministro de Arabia Saudita.

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