El Cuartel de Bomberos Voluntarios de 25 de Mayo celebró este lunes la incorporación de seis nuevos integrantes, quienes tras meses de formación alcanzaron la meta de convertirse en bomberos y bomberas. La ceremonia de bienvenida se realizó en horas de la mañana y estuvo cargada de emoción, ya que significa un crecimiento en personal calificado para afrontar la compleja tarea que demanda el servicio diario a la comunidad.
Los flamantes bomberos culminaron en agosto un exigente proceso de instrucción que incluyó prácticas intensivas organizadas por la Escuela Provincial en Victorica. Con el acompañamiento de instructores, dedicaron un fin de semana completo a fortalecer conocimientos técnicos y a trabajar con los elementos necesarios para el cumplimiento de sus funciones. Desde el cuartel agradecieron especialmente a la Municipalidad de 25 de Mayo por colaborar con el traslado hacia la localidad vecina, lo que permitió concretar esa experiencia.
Además, el cuartel 38 viene de sumar otro logro significativo: los días 4, 5 y 6 de septiembre, tres de sus integrantes —Martín Pereyra, Carla Herrera y Miguel Sánchez— aprobaron el curso que les otorga la Licencia de Conductor Náutico. Esta capacitación, avalada por Prefectura Naval y realizada en la Delegación de Casa de Piedra con el acompañamiento del Ministerio de Seguridad de la Provincia, abre nuevas posibilidades de intervención en rescates acuáticos, un área clave en situaciones de emergencia.
Más allá de la alegría por estos avances, la institución resaltó la importancia de la formación permanente: cada curso, cada práctica y cada instancia de capacitación representan no solo un crecimiento personal, sino también un mayor resguardo para la comunidad. En el caso de los bomberos voluntarios, esa preparación es posible gracias a la entrega desinteresada de quienes forman parte del cuerpo y al respaldo solidario de la sociedad que colabora con su cuota social en la Asociación.
En definitiva, cada incorporación y cada logro en capacitación demuestran que el sistema de bomberos voluntarios se sostiene en dos pilares inseparables: el compromiso de quienes deciden servir sin esperar nada a cambio y la solidaridad de una comunidad que entiende que cuidar a los suyos es una responsabilidad compartida.
